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Robin Sacredfire

Dónde está el dinero

Dónde está el dinero

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Viajar a países muy pobres permite notar que la mayoría de los locales tienden a mirar a los extranjeros como un cajero automático ambulante que les garantiza sus ingresos mensuales y comida en la mesa diariamente.

En el espectro opuesto de esta necesidad constante, tenemos a aquellos que se enamoraron del dinero y quebraron, cuyo orgullo y enojo se revirtieron en contra de su naturaleza.

Muchos europeos y norteamericanos, cuya autoimagen se basa en el orgullo, ya sea por su nación, su trabajo o su reputación, no sólo sufren ahora por falta de dinero, sino también por depresión y falta de propósitos en la vida.

Se han arraigado en el espectro espiritual más bajo y, cuando se les acaba el dinero, se convierten en vasos vacíos.

Un individuo verdaderamente espiritual, por otro lado, no se centrará en los resultados materiales sino más bien en los emocionales. Ésa es la diferencia entre quienes viajan ahora a Sudamérica en busca de un mejor estilo de vida y quienes buscan su próxima fortuna en China.

Es interesante también observar que normalmente los pobres no utilizan Internet para obtener información sobre cómo crear un negocio o adquirir conocimientos que puedan mejorar su estilo de vida, aunque a menudo tienen cuentas de correo electrónico.

Subvalorar la información parece ser la actitud común de los pobres, mientras que la emigración tiene diferentes propósitos, dependiendo de la mentalidad primordial.

Dentro del actual intercambio de recursos humanos en todo el mundo, podemos notar que los pobres ven solo una fuente de ingresos y esa es el turismo, por lo que se enfocan en ganar dinero de la única manera que conocen, y es copiando lo que ven.

Como conclusión podríamos decir que el conocimiento abre horizontes a quienes pueden ver más allá, pero tal evidencia estaría lejos de ser suficiente.

Si bien el trasfondo cultural afecta la actitud de la clase pobre en todo el mundo, también observamos que existe una cierta dependencia tanto de la clase baja como de la clase media hacia la clase alta.

Para la clase baja, trabajar significa cosas como llevarte en su motocicleta, venderte chatarra adquirida muy barata en China o llevarte a pasear en un carro con un caballo hambriento.

Para la clase media, significa algo más, según lo que creen: conseguir un trabajo bien remunerado.

Tanto la clase baja como la clase media viven dentro del mismo paradigma, que se deriva de un mundo obsoleto que aprendieron a aceptar como real y único.

A medida que este mundo cambia, estas dos clases se vuelven más pobres y más similares, porque no pueden analizar la realidad desde perspectivas diferentes.

No sólo tenemos una clase media en desaparición y una clase cada vez más baja, sino también una tendencia a que ambas se empobrezcan.

La desesperación es, a esta altura, simplemente un reflejo de los efectos de comportamientos delirantes en una economía que persistirá en cambiar, dejando atrás los patrones industriales actuales.

Este libro muestra por qué sucede esto y dónde está el dinero para quienes estén dispuestos a obtenerlo en el nuevo orden mundial que se avecina.

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